Maus no cuenta nada nuevo, destaca por la forma en que los hechos son narrados. Hacer una historieta de todo, desde lo más “insignificante” hasta lo más trascendental, sin obviar detalle alguno, tanto en el plano de la conversación, como en el de los recuerdos; que en este caso son los de un sobreviviente del holocausto judío durante la segunda guerra mundial. En el mundo todos somos ratones (como los protagonistas de esta historia) y vivimos caminando entre trampas, sólo que muchas veces no lo sabemos hasta sentir el golpe impasible de la muerte.
Se ha escrito mucho de la segunda guerra mundial. Tenemos historias de los que murieron, de quienes quedaron. Entre el grupo de sobrevivientes tenemos a Vladek Spiegelman, un judío comerciante de telas que termina preso junto a su esposa en el campo de concentración de Auschwitz, de donde salen con vida gracias a su ingenio y suerte. Vladek, al inicio de la novela gráfica, es mostrado como un viejo cascarrabias, muy celoso con el dinero y con manías; es el típico judío avaro caricaturizado constantemente. Maus es una novela gráfica documental, la objetividad plasmada por el autor no sólo corresponde a los datos históricos, sino que también al momento que vivió al realizar la obra. Y no hablo entérminos generales, sino específicos.
Spiegelman se toma el trabajo de mostrarnos el futuro de su padre y el propio, saliendo casi en su totalidad de ese mundo bidimensional del cómic. Es la máscara del ratón aquello que une el “futuro” con el “pasado”, los cuales observamos de forma externa.
Las palabras se quedan cortas ante cualquier explicación sobre Maus, las lecturas que suscita son muchas y variarán de persona en persona. Algunas otras cosas que vale la pena destacar:
1. El cómo la crueldad humana adquiere otros matices cuando es representada por animales.
2. El mostrar la vida a través de una especie de “cámara escondida”, sin obviar detalles. El lado voyerista de nosotros sale al leer Maus.
3. El cómo toda una vida es mostrada en distintos ángulos. En los años 40, el judío es perseguido por motivos raciales. En los 80s este judío se deja llevar por el racismo hacia otras personas.
4. La manera en que una persona puede despreciar tanto a otra después de muerta, al punto de “matar” todo recuerdo de esta.
5. La constante autocrítica. El autor busca ser más preciso al describir a su padre y el entorno que le tocó vivir, pero tiene un extraño complejo de culpa que lo agobia.
Maus es una exploración fascinante de una tragedia, el relato de una supervivencia con todo lo que eso significa para los que no sobrevivieron, crónica de pequeños actos de bondad que van salvando vidas, registro de crueldades cuya frialdad todavía nos estremece. Y, también, una obra maestra del cómic.
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