El torrente de información que hoy en día cruza nuestras vidas nos hacen estar en un presente continuo donde parece que no exista un pasado. Las noticias tienen una vida muy efímera y se superponen unas con otras, y eso hace que vivamos en el arte de la desmemoria.
Pero le obra que ocupa mi pensamiento es un pasado que no es ni remoto ni irrepetible, la persecución por causa de orientación sexual sigue vigente hoy en día en la mayoría de los países de nuestro planeta.
Difícilmente un grupo humano que haya sido con estigmatizado con la auto negación y la vergüenza podrá reconocerse ante sí mismo y ante la sociedad. Sin embargo tras varios años de lucha, al final este grupo social ha salido hacia delante y ya podemos hablar de un agrado de libertades civiles para este colectivo, jamás alcanzado antes.
La novela gráfica en la que estoy trabajando no es amable o fácil de leer sino una historia de un ayer que plantea no solo recuperar la memoria de los/as homosexuales que sucumbieron en campos de concentración nazi, sino que llega hasta la homofobia del presente.
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